Lo dice el Diario AS.

El Madrid y el Barça se han cruzado

Hubo tiempos no lejanos en los que el Barça ocupaba el lugar que ahora ocupa el Madrid, y viceversa. El Barça era una especie de pandemónium, que fichaba cada año nuevos y más caros jugadores, probaba continuamente entrenadores, cambiaba de estilo, se sentía víctima de los arbitrajes y de una Federación que le tomaba por el pito del sereno y de repente pasaban cosas como que no se podía seguir adelante sin un tal Romerito. (Romerito, aclaro, era un paraguayo ya frisando en los treinta que apareció fugazmente para jugar un clásico. Dio el petardazo y se esfumó). Enfrente, el Madrid era otra cosa.

El Madrid respiraba orden y calma, casi hasta la sosería. Tenía una cantera bien cuidada que, como ahora, daba jugadores para toda la Primera División pero, además, también para el primer equipo. La vida cotidiana del club era tan ejemplar como aburrida. Controlaba discretamente la Federación y las transmisiones por televisión y no se quejaba de los árbitros porque rarísima vez le daban motivo para ello. Las derrotas eran un trueno dentro de la casa, pero hacia fuera mostraba cara de póker. Los jugadores mejoraban cuando llegaban al equipo. Al revés de lo que le pasaba al Barça, donde casi todos empeoraban.

El Barça trabajó durante años para ser como aquel Madrid, o mejor, y lo ha logrado. El Madrid no ha trabajado para ser como aquel Barça, pero lo ha logrado igualmente. Ver el galimatías de hoy, con el afán puesto en Van Nistelrooy o en Adebayor para salvar el curso, con Mourinho amotinado contra Valdano, con la Federación burreándole en su web oficial, con los arbitrajes que sufre día sí y día no y con el sevillismo esperándole con ese vídeo, tengo una sensación de asombro. Del caos sale el orden, dice la moderna matemática. Pasó en el Barça, es cierto. Así que al Madrid volverá el orden, pero ¿cuándo?