Saturday, 22 January 2011

AS.com/ Madrid


Regreso a la normalidad
El Barcelona ventiló al Racing con la suficiencia habitual y volvió a ganar tras el tropiezo copero: ya 14 victorias seguidas en Liga. Pedro marcó rápido y remacharon Messi e Iniesta.
El Barcelona ha hecho de la excelencia rutina. Hay consenso al respecto y eso, un consenso en el mundo del fútbol, es noticia. Juega muy bien y lo hace casi siempre, así que sentarse a ver un partido del Barcelona es una apuesta de poco riesgo por el buen fútbol pero también, generalmente, por las emociones dosificadas con cuentagotas: su superioridad sobre los rivales, a los que convierte en replicantes sin identidad, despluma los partidos rápido y los somete a una dictadura que recuerda al fútbol de otra era. Los goles llegan por lógica y muchas veces su número se descuelga de las sensaciones: no marca más porque no quiere, porque se recrea y, pausado, disfruta. No marca más por los porteros rivales (Toño esta vez) y porque prefiiere el taconazo y el pase de cuchara para adornar rondos gigantes entre el eco de aplausos y exclamaciones de sorpresa que emana desde la grada. En el campo están Messi, Pedro, Iniesta, Xavi, Villa... Silencio, se rueda.

Así que lo que el hizo el Barcelona ante el Racing fue lo normal. Un día más en la oficina para un equipo que no se cansa de hacer lo que otros ni sueñan con hacer. E insisto en la normalidad porque venía de una intrascendente derrota en Sevilla ante el Betis que a la postre sólo sirvió para dejar la cuenta de partidos invicto en 28. Por lo demás siguen las marcas: ya son 14 victorias seguidas en Liga , a una del récord absoluto del Real Madrid de la 60/61. Fútbol de otra época. El dato significa que el Barcelona ha sumado los últimos 42 puntos y ya 55 de los 60 disputados. 55 puntos y 64 goles en 20 partidos: fútbol de otra época y músculo más allá de la lírica porque acuesta al Real Madrid a siete puntos. Máxima presión: sígueme si puedes.

El Racing fue el equipo que esta vez pasaba por allí. Consciente de que no es el partido que dictará su futuro, pendiente de los movimientos de Ali Syed y cuesta arriba desde los 100 segundos de partido, tiempo exacto que tardó el Barcelona en ponerse por delante. Por lo demás fue como tantos otros equipos que han pasado por el Camp Nou. Corrió, empezó ordenado y terminó desordenado y combinó con sentido cuando pudo. Le queda un disparo de Roserberg con 1-0, un cabezazo de Adrián muy bien desviado con Valdés con 2-0 en medio de unos minutos de dominio entre el cierre del primer tiempo y el arranque del segundo. El Barcelona, mientras, sesteaba. Ni el marcador ni el calendario le invitaban a apretar al máximo y se dedicó a subir la marcha a placer cada vez que quería desperezarse. Un puñado de minutos de sedosa metralla desembocó en el 2-0. Su primer acelerón del segundo tiempo llevó al 3-0. El Racing fue digno y honrado y pudo hacer algún gol pero se va con tres en contra, media docena de paradas salvadoras de Toño, un par de indultos de Villa y la sensación de que es mejor no molestar al Barcelona, no exigirle. Pasar sin romper nada porque la factura llega por la vía rápida y con intereses.

El Barcelona por lo demás hizo un partido impecable, ganó con suficiencia y placidez, gustó y sumó otros tres puntos. Empezó sin Piqué y su salida de balón no se resintió porque Busquets bajó a ayudar y porque Abidal está en estado de gracia, de lateral y de central. Xavi e Iniesta gobernaron el partido a su antojo. Messi hizo lo justo para dedicar la noche a su madre -cumplía años-, Villa no encontró el gol que rubricara su gran partido y Pedro volvió a parecer muchos futbolistas en uno. Un gol, una asistencia de tacón, robos de balón imposibles y apariciones en las dos bandas. Otro partido tremendo de un futbolista tremendo que lleva cinco jornadas seguidas marcando.

El gol de Pedro, en 100 segundos y en posición dudosa , llegó tras combinación genial Villa-Messi. Al asturiano le hizo Henrique, muy torpe, el penalti que Messi convirtió en el 2-0 (por el fallado ante el Betis). Después Iniesta con ayuda de un defensa cerró el resultado. El resto fueron llegadas por el centro, por la derecha y por la izquierda, paredes y combinaciones poliédricas. Fútbol de salón ante un rival que resistió como pudo, con buenas intenciones pero flojo en la marca y jugando a la ruleta rusa en cada fuera de juego tirado. Un rival que celebró el armisticio de los últimos minutos y que pasa página para pensar en todos los demás partidos. Todos menos este. Al Barcelona le espera el Almería en Copa y en una semana, en esta carrera de fondo con el Real Madrid, la visita al Hércules, el único que le ha ganado en Liga. Por si le faltan

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