Máxima concentración en el BarçaEl Barça se mete de lleno hoy en la final. Ha empezado la cuenta atrás. Wembley se acerca y hay que estar listo para asaltar la Champions
Se acerca la hora de la verdad. Ha empezado la cuenta atrás, el 'countdown'... La final de la Champions League ya se puede `tocar¿. Hay que meterse de lleno en ella, sumergirse y prepararla como merece. Ya no hay vuelta atrás. Lo sabe el equipo, el cuerpo técnico y todo el mundo que ha trabajado para que llegara este momento mágico, único, el más deseado de la temporada.
Lo dijo Pep Guardiola el pasado sábado, después del partido contra el Málaga (1-3) en La Rosaleda, el que cerraba un intenso campeonato de Liga. No pudo ser más gráfico: “Hay que entrenar y pasarlo bien hasta el jueves¿ Y a partir de ahí hay que tensionarse”, comentó. Y ha llegado el momento. Hoy es jueves y, como dijo el técnico de Santpedor, “hay que pensar en la final”, entrar de lleno en ella. Programar cuerpo y mente para dar lo mejor de uno la noche del sábado.
Pese a que el equipo catalán varió la noche del martes los planes iniciales (viajó de urgencia a Londres para evitar la nube volcánica islandesa), la verdad es que adelantar el desplazamiento a Inglaterra no ha alterado el “trabajo de cabeza” que avanzó Guardiola en Málaga.
Al contrario, este cambio ha hecho que la plantilla haya avanzado la concentración de cara a la final ante el Manchester United. Y ello pudo comprobarse ayer en la sesión preparatoria que llevó a cabo el equipo en las instalaciones del Arsenal. Rostros sonrientes, ilusionados, contentos. Buenas sensaciones de cara a la última cita.
Pero no por ello el FC Barcelona asume la condición de favorito y, ni mucho menos, que vaya a ser campeón por la vía rápida. Nada más lejos de la realidad. El equipo catalán, como también dijo Guardiola en Málaga, pidió “máximo respeto” al contrario. Y pidió que no se hicieran paralelismos con la final del 2009, ganada por el Barça 2-0.
“Competimos contra el Manchester United, pero también contra nosotros mismos”, recordó el timonel barcelonista. Y ahora, hoy, es cuando empezará a trabajar en esta dirección, para que el equipo conquiste una nueva Champions League, la segunda con él en el banquillo y la cuarta de la entidad.
El FC Barcelona, contando el día de hoy, tiene dos por delante para empaparse de todo lo que significa una final, para imbuirse en ella, para que sus jugadores adquieran todo el `equipaje¿ con el que Pep Guardiola quiere que lleguen el sábado a las 20.45 horas sobre el bien cuidado césped de Wembley.
Y, a partir de ahí, a jugar, que los jugadores den lo mejor de sí mismos para que la Champions aterrice en Barcelona el domingo 29. Entrar al campo con la conciencia tranquila de que se ha hecho todo sin dejarse nada en casa para que después nadie pueda reprochar nada.
Eso es lo que quiere el técnico. Quiere que, después de liberarse de la tensión generada en la Liga, donde el mano a mano con el Real Madrid ha sido muy intenso, sus pupilos vuelvan a conectarse, a poner en marcha el chip para afrontar la última cita de la temporada con las máximas garantías de éxito.
Sabe que el asalto a la Champions no será tarea fácil, que el Manchester United pondrá todo y más para `vengarse¿ de la derrota sufrida en la final del 2009 en Roma. Y sabe que, jugando en Inglaterra, el equipo de Sir Alex Ferguson estará más cómodo: conoce Wembley (aunque no le lleve muy buenos recuerdos precisamente), su afición no sufrirá tanto `desgaste¿ por el desplazamiento... Una serie de factores que, hoy en día, aunque parezcan que no `jueguen¿, sí tienen importancia. Y mucha. Los pequeños detalles, como suele decirse, son los que acaban decidiendo un partido.
Dos días, hoy jueves y mañana viernes. Es el tiempo que tiene el FC Barcelona para `cocinar¿ la final del sábado. Tiempo insuficiente para buscar fórmulas mágicas o recetas ganadoras... Pero eso es algo que no preocupa a Guardiola porque no va a enseñarles nada nuevo a sus jugadores. Solo espera que sean ellos mismos, que en estos dos días asuman la final, el papel que deben desempeñar en Wembley. Y, a partir de ahí, a esperar una noche inolvidable.
Lo dijo Pep Guardiola el pasado sábado, después del partido contra el Málaga (1-3) en La Rosaleda, el que cerraba un intenso campeonato de Liga. No pudo ser más gráfico: “Hay que entrenar y pasarlo bien hasta el jueves¿ Y a partir de ahí hay que tensionarse”, comentó. Y ha llegado el momento. Hoy es jueves y, como dijo el técnico de Santpedor, “hay que pensar en la final”, entrar de lleno en ella. Programar cuerpo y mente para dar lo mejor de uno la noche del sábado.
Pese a que el equipo catalán varió la noche del martes los planes iniciales (viajó de urgencia a Londres para evitar la nube volcánica islandesa), la verdad es que adelantar el desplazamiento a Inglaterra no ha alterado el “trabajo de cabeza” que avanzó Guardiola en Málaga.
Al contrario, este cambio ha hecho que la plantilla haya avanzado la concentración de cara a la final ante el Manchester United. Y ello pudo comprobarse ayer en la sesión preparatoria que llevó a cabo el equipo en las instalaciones del Arsenal. Rostros sonrientes, ilusionados, contentos. Buenas sensaciones de cara a la última cita.
Pero no por ello el FC Barcelona asume la condición de favorito y, ni mucho menos, que vaya a ser campeón por la vía rápida. Nada más lejos de la realidad. El equipo catalán, como también dijo Guardiola en Málaga, pidió “máximo respeto” al contrario. Y pidió que no se hicieran paralelismos con la final del 2009, ganada por el Barça 2-0.
“Competimos contra el Manchester United, pero también contra nosotros mismos”, recordó el timonel barcelonista. Y ahora, hoy, es cuando empezará a trabajar en esta dirección, para que el equipo conquiste una nueva Champions League, la segunda con él en el banquillo y la cuarta de la entidad.
El FC Barcelona, contando el día de hoy, tiene dos por delante para empaparse de todo lo que significa una final, para imbuirse en ella, para que sus jugadores adquieran todo el `equipaje¿ con el que Pep Guardiola quiere que lleguen el sábado a las 20.45 horas sobre el bien cuidado césped de Wembley.
Y, a partir de ahí, a jugar, que los jugadores den lo mejor de sí mismos para que la Champions aterrice en Barcelona el domingo 29. Entrar al campo con la conciencia tranquila de que se ha hecho todo sin dejarse nada en casa para que después nadie pueda reprochar nada.
Eso es lo que quiere el técnico. Quiere que, después de liberarse de la tensión generada en la Liga, donde el mano a mano con el Real Madrid ha sido muy intenso, sus pupilos vuelvan a conectarse, a poner en marcha el chip para afrontar la última cita de la temporada con las máximas garantías de éxito.
Sabe que el asalto a la Champions no será tarea fácil, que el Manchester United pondrá todo y más para `vengarse¿ de la derrota sufrida en la final del 2009 en Roma. Y sabe que, jugando en Inglaterra, el equipo de Sir Alex Ferguson estará más cómodo: conoce Wembley (aunque no le lleve muy buenos recuerdos precisamente), su afición no sufrirá tanto `desgaste¿ por el desplazamiento... Una serie de factores que, hoy en día, aunque parezcan que no `jueguen¿, sí tienen importancia. Y mucha. Los pequeños detalles, como suele decirse, son los que acaban decidiendo un partido.
Dos días, hoy jueves y mañana viernes. Es el tiempo que tiene el FC Barcelona para `cocinar¿ la final del sábado. Tiempo insuficiente para buscar fórmulas mágicas o recetas ganadoras... Pero eso es algo que no preocupa a Guardiola porque no va a enseñarles nada nuevo a sus jugadores. Solo espera que sean ellos mismos, que en estos dos días asuman la final, el papel que deben desempeñar en Wembley. Y, a partir de ahí, a esperar una noche inolvidable.
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