Thursday, 3 March 2011

El hundimiento (moral)




El hundimiento (moral)
Enric Bañeres - 03/03/2011 07:30


Las estadísticas encierran casi siempre una demoledora crueldad pero son de una claridad que hace inútil cualquier discusión. Para marcar un gol, Cristiano Ronaldo remata ocho veces a puerta, mientras que Leo Messi marca a cada cuatro remates. A simple vista esos promedios indican que, como puro goleador, como 'killer' del área, el azulgrana es doblemente eficaz que la estrella del Madrid, si nos atenemos al análisis de sus cifras.

Pero hay otro aspecto en el que Messi también superacon crecesen rendimiento colectivo al madridista, y es que alrededor de Messi, todos los jugadores se benefician de su juego, ya sea por los pasillos que abre, por los defensas que arrastra y por las asistencias que les proporciona. Ahí no sólo cuenta la personalidad deportiva de cada unosino el estilo de sus respectivos equipos: mientras el Madrid de José Mourinho es un conjunto asimétrico, disperso e inconexo puesto al servicio de Cristiano Ronaldo, el Barça es un mecanismo armónico,en el que todas las piezas contribuyen al engranaje colectivo.

Fruto de esa filosofía azulgrana, son los 13 goles de Pedro, tantos como han marcado Özil (5), Di María (5) y Benzema (3), juntos en la Liga. ¿Qué misión desempeñan esos tres madridistas en su equipo? La de simples peones a mayor gloria de Cristiano Ronaldo, al que tienen que asistir, hacer las coberturasycorrer como locos cuando pierde el balón tras alguna de sus bicicletas o cuando lo regala por adornarse con un taconcito.Noes de extrañar que, a estas alturas del campeonato y cuando se cuecen los platos fuertes de la temporada, Özil y Di María estén completamente fundidos. Y Benzema, paramí un excelente futbolista, está devaluado, hundido por el menosprecio sistemático de su propio entrenador.

Un técnico elegido como el mejor del 2010 pero que no hace honor a esa distinción cuando demuestra no saber administrar una plantilla considerada excelente ni estar a la altura de sus compromisos, al quejarse de todo y de todos. ¿No recuerda ya Mourinho cuando jugaba cuatro partidos en once días, por Navidades, con el Chelsea? Tampoco comprendo que una entidad que alardea de señorío y grandeza, como el Real Madrid, haga salir a la palestra a Emilio Butragueño a respaldar a su entrenador con argumentos peregrinos. Es el hundimiento moral que acompaña a la crisis deportiva: el 'Buitre', uno de los mitos de la memoria merengue, convertido en un pardillo.

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