Un Barça para quitarse el sombrero
El mundo vuelve a rendirse al Barça tras su enésima exhibición de fútbol, esta vez ante el Arsenal.Todas las voces imparciales, esas que ni les va ni les viene quién gane o deje de ganar, han subrayado la excelencia del juego azulgrana y han aceptado como muy merecida su clasificación para los cuartos de final de la Champions League.
Solamente el equipo propagandístico habitual se pasó todo el día de ayer convirtiendo esa realidad en una anécdota y, en una campaña que ya roza el delirio, a poner el énfasis en la expulsión del 'gunner' Robin Van Persie para continuar alimentando la sensación de que el Barça gana siempre por el árbitro, por supuesto obviando que el equipo azulgrana pasó de ronda pesea habérsele privado de dos penaltis y de un gol legal entre los dos partidos de octavos.
Lo llamativo del asunto es que esa teoría conspirativa la defendieron ayer con más vehemencia y pasión desde Madrid que desde Londres, la ciudad del Arsenal. Allí, por ejemplo, un medio como 'The Times' tituló 'Bad Losers II' ('Malos perdedores II') en su comentario en portada sobre el partido del Camp Nou. La suerte del Barça es que, aparte de la burbuja blanca y la prensa sensacionalista británica, los demás, es decir, el resto del planeta, aplaudió el brillante pase del Barça. Es ese talante lúdico del juego el que está conquistando los ojos desinteresados y lo que justifica que 'L'Equipe' diera su portada al Barça.
Pichichi en Liga, Copa y Champions
La belleza del fútbol que está protagonizandocon una frecuencia histórica esta máquina que ha construido Pep Guardiola se resume en la jugada del primer gol del Barça, al filo del descanso: esa recuperación de Andrés Iniesta, esa croqueta heredada de Michael Laudrup, esa rendija imposible en la defensa inglesa sin ingleses, ese control orientado de Leo Messi, ese sombrero 'bombín' sobre Almunia que homenajeó a la doble chistera de Pelé en el Mundial de Suecia, puso al argentino Pichichi de todo -8 en Champions, 27 en Liga y 7 en Copa- e hizo gozar al Camp Nou.
Tanto fue así que, durante el descanso, los videomarcadores repitieron la obra de arte del duo de genios y resonó un atronador ¡ooooh! Luego llegó el autogol de Sergio Busquets, los casi goles, los goles y la pataleta de Arsène Wenger y del coro mediático invitado que, por momentos, hizo creer que el Arsenal era de la Liga y no de la Premier por la forma de defenderlo. Pero esa es la historia chica, no la grande.
Solamente el equipo propagandístico habitual se pasó todo el día de ayer convirtiendo esa realidad en una anécdota y, en una campaña que ya roza el delirio, a poner el énfasis en la expulsión del 'gunner' Robin Van Persie para continuar alimentando la sensación de que el Barça gana siempre por el árbitro, por supuesto obviando que el equipo azulgrana pasó de ronda pesea habérsele privado de dos penaltis y de un gol legal entre los dos partidos de octavos.
Lo llamativo del asunto es que esa teoría conspirativa la defendieron ayer con más vehemencia y pasión desde Madrid que desde Londres, la ciudad del Arsenal. Allí, por ejemplo, un medio como 'The Times' tituló 'Bad Losers II' ('Malos perdedores II') en su comentario en portada sobre el partido del Camp Nou. La suerte del Barça es que, aparte de la burbuja blanca y la prensa sensacionalista británica, los demás, es decir, el resto del planeta, aplaudió el brillante pase del Barça. Es ese talante lúdico del juego el que está conquistando los ojos desinteresados y lo que justifica que 'L'Equipe' diera su portada al Barça.
Pichichi en Liga, Copa y Champions
La belleza del fútbol que está protagonizandocon una frecuencia histórica esta máquina que ha construido Pep Guardiola se resume en la jugada del primer gol del Barça, al filo del descanso: esa recuperación de Andrés Iniesta, esa croqueta heredada de Michael Laudrup, esa rendija imposible en la defensa inglesa sin ingleses, ese control orientado de Leo Messi, ese sombrero 'bombín' sobre Almunia que homenajeó a la doble chistera de Pelé en el Mundial de Suecia, puso al argentino Pichichi de todo -8 en Champions, 27 en Liga y 7 en Copa- e hizo gozar al Camp Nou.
Tanto fue así que, durante el descanso, los videomarcadores repitieron la obra de arte del duo de genios y resonó un atronador ¡ooooh! Luego llegó el autogol de Sergio Busquets, los casi goles, los goles y la pataleta de Arsène Wenger y del coro mediático invitado que, por momentos, hizo creer que el Arsenal era de la Liga y no de la Premier por la forma de defenderlo. Pero esa es la historia chica, no la grande.
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