Un portero para otra plusmarca
Valdés, imbatido en 10 partidos, ha recibido solo seis goles durante la gran racha azulgrana
LUIS MARTÍN - Barcelona
El Barcelona alcanzó un récord demoledor al sumar 16 partidos consecutivos ganados, superando al Madrid de la temporada 1960-1961. "No era el objetivo, es la consecuencia", justificó Pep Guardiola. La consecuencia de un ataque demoledor, pero también de un sistema defensivo espectacular, que funciona con tanta precisión que el portero, Víctor Valdés, interviene con cuentagotas. Ayer, por ejemplo, cuando Messi logró el segundo gol ante el Atlético, en el minuto 28, el guardameta de L'Hospitalet solo había intervenido tres veces. Y ninguna para detener un remate, sino para participar en la creación: dos veces con los pies y una con la mano.
Parte fundamental de una manera de entender el juego, Valdés creció parando y se hizo grande jugando, acostumbrándose a participar poco durante los partidos, casi siempre para prolongar la circulación del balón con el pie, como si fuera un defensa libre antes que un portero, o exigido al máximo en duelos personales con un delantero. Lo demanda el guion de un equipo que pide al portero jugar tan lejos de la portería como nunca estuvo nadie. Al tiempo, también se le reclama que sea capaz de parar como cualquiera llegado el caso. Ayer, sin ir más lejos, Valdés acumuló más intervenciones con los pies (13) que con las manos (cuatro). De hecho, tan solo tuvo que hacer una parada de mérito.
Hace 50 años, el equipo capitaneado por Di Stéfano ganó todos los duelos desde la jornada 11ª (7-0 al Oviedo) hasta la 26ª (0-0, precisamente en Oviedo). Pero la engrasada máquina de Guardiola ya ha alcanzado la mejor racha ganadora de la historia de la Liga a base de goles (ha marcado 60 tantos durante la racha y suma ya 70) y con una solidez defensiva que asusta (solo ha encajado seis en esa sucesión de victorias y 11 en lo que va de Liga). Además, en 10 de las 16 victorias ininterrumpidas, el Barça ha salido imbatido y, en consecuencia, Valdés ha dejado la portería a cero, el sueño de todo portero.
Puede que Valdés no sea el mejor guardameta del mundo, pero no parece que ese debate preocupe al hincha barcelonista y, desde luego, no existe para Guardiola. El entrenador del Barcelona valoró la enorme importancia que concede al papel que desempeña la línea defensiva en el funcionamiento del equipo y en su racha victoriosa. "Como dice mi amigo [Marcelo] Bielsa, cuando no haces goles, no has de mirar al ataque, sino a la linea defensiva", sentenció.
Está claro que, a estas alturas, camino de pulverizar los registros de Ramallets y Zubizarreta, los dos mitos de la portería del Camp Nou, ya no tiene sentido dudar sobre quién es el mejor portero de la historia del club porque Valdés no resiste comparación. Juega y para con idéntica facilidad, por lo que ha marcado un antes y un después en la meta azulgrana. Ejemplo de concentración durante los partidos y de superación en los entrenamientos, ayer jugó de verde, seguramente por superstición.
Por eso, por superstición, lleva 16 partidos consecutivos Valdés llegando al campo con el mismo reloj y las mismas zapatillas, unas que le regaló Henry al vaciar la taquilla. Por todo, su nombre va tan ligado al récord que el Barcelona alcanzó ayer como el de Messi; de principio a fin, a la historia. Y el origen de esta leyenda tiene un nombre, Víctor, y un apellido, Valdés.
Valdés, imbatido en 10 partidos, ha recibido solo seis goles durante la gran racha azulgrana
LUIS MARTÍN - Barcelona
El Barcelona alcanzó un récord demoledor al sumar 16 partidos consecutivos ganados, superando al Madrid de la temporada 1960-1961. "No era el objetivo, es la consecuencia", justificó Pep Guardiola. La consecuencia de un ataque demoledor, pero también de un sistema defensivo espectacular, que funciona con tanta precisión que el portero, Víctor Valdés, interviene con cuentagotas. Ayer, por ejemplo, cuando Messi logró el segundo gol ante el Atlético, en el minuto 28, el guardameta de L'Hospitalet solo había intervenido tres veces. Y ninguna para detener un remate, sino para participar en la creación: dos veces con los pies y una con la mano.
Parte fundamental de una manera de entender el juego, Valdés creció parando y se hizo grande jugando, acostumbrándose a participar poco durante los partidos, casi siempre para prolongar la circulación del balón con el pie, como si fuera un defensa libre antes que un portero, o exigido al máximo en duelos personales con un delantero. Lo demanda el guion de un equipo que pide al portero jugar tan lejos de la portería como nunca estuvo nadie. Al tiempo, también se le reclama que sea capaz de parar como cualquiera llegado el caso. Ayer, sin ir más lejos, Valdés acumuló más intervenciones con los pies (13) que con las manos (cuatro). De hecho, tan solo tuvo que hacer una parada de mérito.
Hace 50 años, el equipo capitaneado por Di Stéfano ganó todos los duelos desde la jornada 11ª (7-0 al Oviedo) hasta la 26ª (0-0, precisamente en Oviedo). Pero la engrasada máquina de Guardiola ya ha alcanzado la mejor racha ganadora de la historia de la Liga a base de goles (ha marcado 60 tantos durante la racha y suma ya 70) y con una solidez defensiva que asusta (solo ha encajado seis en esa sucesión de victorias y 11 en lo que va de Liga). Además, en 10 de las 16 victorias ininterrumpidas, el Barça ha salido imbatido y, en consecuencia, Valdés ha dejado la portería a cero, el sueño de todo portero.
Puede que Valdés no sea el mejor guardameta del mundo, pero no parece que ese debate preocupe al hincha barcelonista y, desde luego, no existe para Guardiola. El entrenador del Barcelona valoró la enorme importancia que concede al papel que desempeña la línea defensiva en el funcionamiento del equipo y en su racha victoriosa. "Como dice mi amigo [Marcelo] Bielsa, cuando no haces goles, no has de mirar al ataque, sino a la linea defensiva", sentenció.
Está claro que, a estas alturas, camino de pulverizar los registros de Ramallets y Zubizarreta, los dos mitos de la portería del Camp Nou, ya no tiene sentido dudar sobre quién es el mejor portero de la historia del club porque Valdés no resiste comparación. Juega y para con idéntica facilidad, por lo que ha marcado un antes y un después en la meta azulgrana. Ejemplo de concentración durante los partidos y de superación en los entrenamientos, ayer jugó de verde, seguramente por superstición.
Por eso, por superstición, lleva 16 partidos consecutivos Valdés llegando al campo con el mismo reloj y las mismas zapatillas, unas que le regaló Henry al vaciar la taquilla. Por todo, su nombre va tan ligado al récord que el Barcelona alcanzó ayer como el de Messi; de principio a fin, a la historia. Y el origen de esta leyenda tiene un nombre, Víctor, y un apellido, Valdés.
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