El Barça golea al Mallorca y se reencuentra a sí mismo (0-3)Messi, Villa y Pedro certifican el triunfo de los azulgranas, que no han acusado las cuatro bajas
El Barça se ha reencontrado consigo mismo en Mallorca para sellar una goleada contundente que permite liquidar todas las dudas surgidas en los últimos enfrentamientos.
A pesar de las bajas (Valdés, Xavi, Puyol y Alves), el Barça ha sido un equipo reconocible, aunque no todas las piezas de sustitución han evidenciado la misma fiabilidad que las originales. Ha aparecido Adriano en la zona de Alves, ausente por sanción, pero nada ha sido igual que con el incombustible correcaminos.
Basta decir que la primera penetración clara del Barça por el carril derecho no ha llegado hasta el minuto 25, y ha sido para pegar un susto al Mallorca (el balón se ha paseado por el área pequeña sin hallar rematador), pero todo ha quedado en eso. Piqué prefería combinar con Abidal, de nuevo inmenso, o buscar directamente a Busquets o Iniesta antes que buscar a Adriano.
En la sala de máquinas ha faltado el cerebro (Xavi), pero había otro ordenador igual de fiable. Iniesta ha cogido el mando, pero le ha costado trenzar varios pases seguidos y con sentido hasta bien entrada la media hora. El Mallorca apretaba, ha avanzado su línea de defensa hasta el centro del campo cada vez que Pinto se disponía a jugar el balçón y ha puesto en más de un apuro a los azulgranas. El conjunto de Laudrup iba a mil revoluciones y el Barça jugaba al ralentí. Tanto que hasta ha jugado con fuego forzando hasta tres córneres en uno de los cuales Webó no ha marcado por muy poco.
Keita, clarividente
Avisado el Barça, ha decidido apretar un poco, aunque con poca convicción. Tan poca que Messi ha disparado alto completamente solo ante Aouate después de un robo de Villa y una gran asistencia de Iniesta. El fallo ha encabritado al argentino y a todo el Barça, que entonces sí ha puesto otra marcha para empezar a ahogar a los rojillos.
Y en medio de la asfixia ha aparecido la poderosa figura de Keita para esbozar un maravilloso apunte de clarividencia, como usurpando el papel de Xavi. El maliense se ha visto ante una muralla, pero más allá ha divisado la diminuta figura de Messi y allí ha enviado el balón. Pero no al estilo tradicional, es decir, por raso, sino picando el balón para dejar a la Pulga solo ante un Aouate vendido. Aprovechando la altura del bote, Messi ha superado 0de cabeza el portero y ha puesto las bases de la goleada.
Con el marcador en contra, al Mallorca se le ha venido el mundo encima mientras que los azulgranas empezaban a reencontrarse con viejas sensaciones que parecían olvidadas para temor de los culés. Por lo visto, y sin cuatro titulares, nada más lejos de la realidad. Si febrero se temía por las pájaras que atenazan al equipo, la inminente llegada de marzo, y por lo visto en Son Moix, hace prever que los azulgranas adquirirán de nuevo esa velocidad de crucero inalcanzable para todos, incluido el Madrid.
La segunda parte solo ha servido para mostrar el universo que separa al mejor equipo del mundo del conjunto de Laudrup, que por primera vez dobló la rodilla ante los azulgranas en un duelo liguero.
Sentencia de Villa
Villa ha sentenciado el partido tras una asistencia de Busquets. El asturiano se ha visto tan solo y con tanto camino por delante que ha empezado a correr. Ha superado la salida de Aouate y ha marcado a puerta vacía. Diez minutos más tarde Pedro sellaba la goleada con un trallazo desde fuera del área, demostrando una vez más que es posible marcar desde lejos, una faceta en la que parece que solo cree el canario.
Lo que ha venido luego ha sido ya de relleno. El Barça se ha dedicado a conservar fuerzas ante el duro calendario que le espera y Guardiola ha movido el banquillo para dar minutos a Bojan, Afellay y Montoya.
A pesar de las bajas (Valdés, Xavi, Puyol y Alves), el Barça ha sido un equipo reconocible, aunque no todas las piezas de sustitución han evidenciado la misma fiabilidad que las originales. Ha aparecido Adriano en la zona de Alves, ausente por sanción, pero nada ha sido igual que con el incombustible correcaminos.
Basta decir que la primera penetración clara del Barça por el carril derecho no ha llegado hasta el minuto 25, y ha sido para pegar un susto al Mallorca (el balón se ha paseado por el área pequeña sin hallar rematador), pero todo ha quedado en eso. Piqué prefería combinar con Abidal, de nuevo inmenso, o buscar directamente a Busquets o Iniesta antes que buscar a Adriano.
En la sala de máquinas ha faltado el cerebro (Xavi), pero había otro ordenador igual de fiable. Iniesta ha cogido el mando, pero le ha costado trenzar varios pases seguidos y con sentido hasta bien entrada la media hora. El Mallorca apretaba, ha avanzado su línea de defensa hasta el centro del campo cada vez que Pinto se disponía a jugar el balçón y ha puesto en más de un apuro a los azulgranas. El conjunto de Laudrup iba a mil revoluciones y el Barça jugaba al ralentí. Tanto que hasta ha jugado con fuego forzando hasta tres córneres en uno de los cuales Webó no ha marcado por muy poco.
Keita, clarividente
Avisado el Barça, ha decidido apretar un poco, aunque con poca convicción. Tan poca que Messi ha disparado alto completamente solo ante Aouate después de un robo de Villa y una gran asistencia de Iniesta. El fallo ha encabritado al argentino y a todo el Barça, que entonces sí ha puesto otra marcha para empezar a ahogar a los rojillos.
Y en medio de la asfixia ha aparecido la poderosa figura de Keita para esbozar un maravilloso apunte de clarividencia, como usurpando el papel de Xavi. El maliense se ha visto ante una muralla, pero más allá ha divisado la diminuta figura de Messi y allí ha enviado el balón. Pero no al estilo tradicional, es decir, por raso, sino picando el balón para dejar a la Pulga solo ante un Aouate vendido. Aprovechando la altura del bote, Messi ha superado 0de cabeza el portero y ha puesto las bases de la goleada.
Con el marcador en contra, al Mallorca se le ha venido el mundo encima mientras que los azulgranas empezaban a reencontrarse con viejas sensaciones que parecían olvidadas para temor de los culés. Por lo visto, y sin cuatro titulares, nada más lejos de la realidad. Si febrero se temía por las pájaras que atenazan al equipo, la inminente llegada de marzo, y por lo visto en Son Moix, hace prever que los azulgranas adquirirán de nuevo esa velocidad de crucero inalcanzable para todos, incluido el Madrid.
La segunda parte solo ha servido para mostrar el universo que separa al mejor equipo del mundo del conjunto de Laudrup, que por primera vez dobló la rodilla ante los azulgranas en un duelo liguero.
Sentencia de Villa
Villa ha sentenciado el partido tras una asistencia de Busquets. El asturiano se ha visto tan solo y con tanto camino por delante que ha empezado a correr. Ha superado la salida de Aouate y ha marcado a puerta vacía. Diez minutos más tarde Pedro sellaba la goleada con un trallazo desde fuera del área, demostrando una vez más que es posible marcar desde lejos, una faceta en la que parece que solo cree el canario.
Lo que ha venido luego ha sido ya de relleno. El Barça se ha dedicado a conservar fuerzas ante el duro calendario que le espera y Guardiola ha movido el banquillo para dar minutos a Bojan, Afellay y Montoya.
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