El Barça despliega un juego convincente y redondea la goleada ante el Levante
RAMON BESA - Barcelona – 03/12/2011
RAMON BESA - Barcelona – 03/12/2011
A la espera de saber qué ocurrirá con los títulos, Cesc Fàbregas ayudará al Barcelona a ganar partidos, algunos difíciles de jugar como el de ayer contra el Levante. Tiene profundidad, llegada y gol. Anoche marcó dos, ambos muy bonitos, necesarios para su reivindicación después de cinco jornadas en blanco y ante el viaje a Madrid. Cesc ayuda a levantar el ánimo los días duros por su vitalidad, por su capacidad para desordenar los encuentros, porque da vértigo a un equipo que, por el contrario, con su presencia puede perder ortodoxia. También ayudó y mucho Cuenca, rápido e incisivo, con y sin balón, dichoso por estar con Messi. La referencia inequívoca sigue siendo la Pulga.
La precisión de la delantera azulgrana fue tan admirable como el fútbol de sus volantes y la concentración de los zagueros, para suerte de una afición que acabó cantando y coreando el nombre de su equipo: van ya 39 goles a favor por 0 en contra en los partidos de Liga en el Camp Nou. No se conoce en el barcelonismo ningún resultado mejor para la autoestima que un 5-0, y ya se sabe que a la vuelta de la esquina aguarda Mourinho. A Guardiola no le será fácil cuadrar la formación para el clásico después de la actuación de Alexis, Cuenca y Cesc, excelentes en el juego al espacio, nada de tocar al pie. Tiene tantas alternativas el Barça que fomenta el factor sorpresa como truco de la temporada.
El partido tenía muchas aristas para el Barça, y no solo por el optimismo del Levante, sino también porque la noche era especialmente desagradable, por la ventisca y por el marcador de la jornada, presidido por la rotunda victoria del Madrid en el Molinón. Había que levantar el ánimo de la hinchada y combatir el frío camino de Chamartín. Así las cosas, a los aficionados les vino muy bien para entrar en calor que sonara el himno catalán, Els Segadors, en homenaje al presidente mártir Josep Sunyol, y el equipo agradeció que Guardiola apostara de nuevo por el 3-4-3.
Había que jugar con atención defensiva y tensión ofensiva, nada de concesiones, y menos con un rival experto, de pierna fuerte y en racha. Aunque Alves y Villa tomaron asiento inicialmente en el banquillo, no descansó ni siquiera Busquets, a una tarjeta de la suspensión cuando el próximo partido es en el Bernabéu. El equipo no extrañó al Guaje. La condición de goleador la asumió Cesc, el desborde y la aceleración lo puso Cuenca y a Messi se le vio tan alegre y feliz que repartió juego a derecha e izquierda sin reñir a nadie y dejando su golito. Jugó la delantera de manera afiliada y sincronizada y las ocasiones se sucedieron tanto como las patadas del Levante.
Los goles azulgrana fueron tan precisos que eran imposibles de defender, también para el Levante. Al poco de comenzar, Messi atacó la jugada con un pase para Iniesta, que dejó de tacón a Cesc y el interior remató a la red. El pase, el toque y el tiro mezclaron de forma estupenda para el Barça. Excelente como interior, Fàbregas repitió después como ariete cuando cabeceó una falta botada por Xavi. Su salto y su giro del cuello evocaron los mejores tiempos de César por la misma razón que el despliegue ofensivo del Barça recordó al del equipo de Les Cinc Copes, por la presencia de cinco delanteros: Cesc, Iniesta, Messi, Alexis y Cuenca.
Cuenca firmó una actuación muy interesante con un golazo después de un centro de Messi. El extremo tiene el cuerpo de una cigüeña, más que nada por sus piernas y pescuezo largos, y corre como un gamo. Recupera bien, defiende mejor y encara sin miedo, incluso cuando defienden Ballesteros, Del Horno y Juanfran. La actuación azulgrana fue tan redonda que Valdés mantuvo su portería imbatida después de una estremecedora parada en un mano a mano con Koné y un remate de Del Horno. La contienda quedó finiquitada antes del descanso para desgracia del Levante, desquiciado por la ofensiva local y después agraviado por la respuesta de alguno de los chicos de Guardiola.
A nadie le extrañó que con 3-0 Keita sustituyera a Busquets, titular en Madrid. También actuará, por supuesto, Messi. La Pulga no descansa nunca, y menos si no ha metido un gol. Ayer marcó el cuarto en un pase de Alves y por un dedo se le escapó el quinto, materializado más tarde por Alexis después que el equipo atravesara el campo con tanta rapidez como belleza y finura. El mejor homenaje al juego de ataque fue que marcaran todos los delanteros. El tanto de Iniesta, el que faltaba, lo anuló el árbitro, sin motivo aparente, un argumento más para que el barcelonismo calentara motores con miras a Madrid.
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