El mejor, lejos
No hubo fórmula mágica de Mou. Barcelona no olvidó su esencia ante un Real que esperó mucho en su casa. La roja a Pepe le dio una mano, el talento de Messi hizo el resto con dos goles. Y uno de ellos, de esos que quedarán en la historia.
Lo demolió. Por insistente, por creer en sus convicciones, por jugar como siente. El mejor Barcelona está por encima del mejor Madrid y el 2-0 en la cancha del Real es la síntesis de las diferencias que hoy tienen. El mejor Messi está a años luz del resto de los mortales.
El Barsa había ganado el partido mucho antes que Pepe jugara con el peligro yendo con la plancha muy arriba. Porque el Real le robó la Copa del Rey al Barcelona cuando le mostró que podía lastimarlo. En este primer partido de la semi de la Champions, este creador de fórmulas ganadoras como Mourinho no le encontró la vuelta. En su cancha, jugó a que no le hicieran un gol y la paciencia más el nivel individual de Messi y compañía le rompieron el esquema.
Que la pelota la domine y controle el Barcelona no suele ser novedad. Pero eso por si sólo no alcanza porque si no se puede romper la última línea, si no hay juego profundo... La paciencia del Barsa es un mérito y el Real, a fuera de tiros libres, buscaba emparejar. La realidad mostraba que tenía a Messi controlado, que Xavi no tenía huecos, que Villa no trascendía, que Pedro...
La pierna al límite fue aumentando y ya el cierre del primer tiempo fue con los equipos a los empujones en la puerta del vestuario. Ese clima seguramente ayudó y la plancha de Pepe no está fuera de ese contexto. Si once contra once, el Real esperaba. Con diez...
La paciencia del Barcelona ya había tenido su frutos. Era hora del talento. Talento para ir a buscar la pelota donde los demás no van, en el tiempo en el que no van, con ese anticipo feroz. Talento para armar una jugada maradoniana y liquidar futbolística y conceptualmente el duelo. Por más que falte otro partido, lo que hizo Messi en este duelo quedó en la historia.
Historia que, en este caso, no sólo escriben los que ganan. Si no, los mejores.
No hubo fórmula mágica de Mou. Barcelona no olvidó su esencia ante un Real que esperó mucho en su casa. La roja a Pepe le dio una mano, el talento de Messi hizo el resto con dos goles. Y uno de ellos, de esos que quedarán en la historia.
Lo demolió. Por insistente, por creer en sus convicciones, por jugar como siente. El mejor Barcelona está por encima del mejor Madrid y el 2-0 en la cancha del Real es la síntesis de las diferencias que hoy tienen. El mejor Messi está a años luz del resto de los mortales.
El Barsa había ganado el partido mucho antes que Pepe jugara con el peligro yendo con la plancha muy arriba. Porque el Real le robó la Copa del Rey al Barcelona cuando le mostró que podía lastimarlo. En este primer partido de la semi de la Champions, este creador de fórmulas ganadoras como Mourinho no le encontró la vuelta. En su cancha, jugó a que no le hicieran un gol y la paciencia más el nivel individual de Messi y compañía le rompieron el esquema.
Que la pelota la domine y controle el Barcelona no suele ser novedad. Pero eso por si sólo no alcanza porque si no se puede romper la última línea, si no hay juego profundo... La paciencia del Barsa es un mérito y el Real, a fuera de tiros libres, buscaba emparejar. La realidad mostraba que tenía a Messi controlado, que Xavi no tenía huecos, que Villa no trascendía, que Pedro...
La pierna al límite fue aumentando y ya el cierre del primer tiempo fue con los equipos a los empujones en la puerta del vestuario. Ese clima seguramente ayudó y la plancha de Pepe no está fuera de ese contexto. Si once contra once, el Real esperaba. Con diez...
La paciencia del Barcelona ya había tenido su frutos. Era hora del talento. Talento para ir a buscar la pelota donde los demás no van, en el tiempo en el que no van, con ese anticipo feroz. Talento para armar una jugada maradoniana y liquidar futbolística y conceptualmente el duelo. Por más que falte otro partido, lo que hizo Messi en este duelo quedó en la historia.
Historia que, en este caso, no sólo escriben los que ganan. Si no, los mejores.
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