Esta Copa debe ser el segundo título
Miles de aficionados viajan hoy a Valencia con el sueño de que el ‘Pep team’ imponga su espíritu competitivo y su estilo futbolístico al Real Madrid
Final de la Copa del Rey en Mestalla, segundo asalto del combate al mejor de cuatro entre Barça y Real Madrid en la lucha por la triple corona. Una triple corona que, conquistada frente al principal rival deportivo, tiene un valor añadido. Así, no es de extrañar la pasión con la que los más de 50.000 seguidores que abarrotarán el estadio valencianista y los millones de aficionados de todo el mundo esperan que lleguen las 21.30 horas.
Después del 1-1 del pasado sábado en el Santiago Bernabéu, el `Pep team¿ se puede considerar campeón virtual de Liga a los puntos: ocho de ventaja a falta de que se disputen 18 en las seis jornadas que restan. Si el equipo mantiene su ambición competitiva, la tercera consecutiva caerá por su propio peso.
El asalto de esta noche es diferente y hace honor al apodo de `Torneo del K.O.¿ que se aplica a la Copa. No hay vuelta de hoja, este título se decidirá en 90 o 120 minutos; como máximo, en una tanda de penaltis. Es un golpe directo a la mandíbula del contrario que incluso podría quedar tocado de cara a la eliminatoria de las semifinales de la Liga de Campeones que arrancarán la próxima semana.
En este contexto, los márgenes para la especulación se reducen y los duelos Guardiola-Mourinho o Messi-Cristiano Ronaldo, que se han convertido en los principales símbolos de uno y otra entidad e incluso del modelo de club que representan llegarán a su máxima expresión.
Una victoria madridista representaría un respiro para Florentino Pérez, necesitado de un título que justifique sus inversiones multimillonarias. Por otra parte, daría munición a Mourinho para reafirmar su discurso futbolístico de cara a la eliminatoria de la Champions después de las críticas que su estilo conservador estilo de juego ha recibido desde diferentes sectores, desde Di Stéfano hasta Cruyff. Igualmente significaría para Cristiano su primer éxito frente a Leo en muchos años.
En principio, los réditos para el Barça parecen más elevados en el caso de triunfo pues en estos momentos está catalogado como la máxima referencia futbolística. Desde un punto de vista más práctico, implicaría certificar para este curso, como mínimo, el doblete doméstico, al que se debería sumar la Supercopa de España conquistada en verano. Y Messi volvería a marcar distancias como número 1 mundial.
Los efectos pueden ser de larga duración pues tras reafirmar su hegemonía en las competiciones domésticas, el Barça afrontaría rearmado moralmente el asalto de las semifinales de la Champions con el premio de la final de Wembley al final del camino. En definitiva, el `Pep team¿ podría dejar al borde del colapso un nuevo proyecto blanco que aún está en construcción. Pero todo esto son conjeturas, como las estadísticas sobre finales disputadas y ganadas. Lo importante es que Mestalla sea el escenario de una auténtica fiesta del fútbol, sin incidentes. A partir de ahí, que gane el mejor... porque puede ser un buen augurio para la 'gent blaugrana'.
Miles de aficionados viajan hoy a Valencia con el sueño de que el ‘Pep team’ imponga su espíritu competitivo y su estilo futbolístico al Real Madrid
Final de la Copa del Rey en Mestalla, segundo asalto del combate al mejor de cuatro entre Barça y Real Madrid en la lucha por la triple corona. Una triple corona que, conquistada frente al principal rival deportivo, tiene un valor añadido. Así, no es de extrañar la pasión con la que los más de 50.000 seguidores que abarrotarán el estadio valencianista y los millones de aficionados de todo el mundo esperan que lleguen las 21.30 horas.
Después del 1-1 del pasado sábado en el Santiago Bernabéu, el `Pep team¿ se puede considerar campeón virtual de Liga a los puntos: ocho de ventaja a falta de que se disputen 18 en las seis jornadas que restan. Si el equipo mantiene su ambición competitiva, la tercera consecutiva caerá por su propio peso.
El asalto de esta noche es diferente y hace honor al apodo de `Torneo del K.O.¿ que se aplica a la Copa. No hay vuelta de hoja, este título se decidirá en 90 o 120 minutos; como máximo, en una tanda de penaltis. Es un golpe directo a la mandíbula del contrario que incluso podría quedar tocado de cara a la eliminatoria de las semifinales de la Liga de Campeones que arrancarán la próxima semana.
En este contexto, los márgenes para la especulación se reducen y los duelos Guardiola-Mourinho o Messi-Cristiano Ronaldo, que se han convertido en los principales símbolos de uno y otra entidad e incluso del modelo de club que representan llegarán a su máxima expresión.
Una victoria madridista representaría un respiro para Florentino Pérez, necesitado de un título que justifique sus inversiones multimillonarias. Por otra parte, daría munición a Mourinho para reafirmar su discurso futbolístico de cara a la eliminatoria de la Champions después de las críticas que su estilo conservador estilo de juego ha recibido desde diferentes sectores, desde Di Stéfano hasta Cruyff. Igualmente significaría para Cristiano su primer éxito frente a Leo en muchos años.
En principio, los réditos para el Barça parecen más elevados en el caso de triunfo pues en estos momentos está catalogado como la máxima referencia futbolística. Desde un punto de vista más práctico, implicaría certificar para este curso, como mínimo, el doblete doméstico, al que se debería sumar la Supercopa de España conquistada en verano. Y Messi volvería a marcar distancias como número 1 mundial.
Los efectos pueden ser de larga duración pues tras reafirmar su hegemonía en las competiciones domésticas, el Barça afrontaría rearmado moralmente el asalto de las semifinales de la Champions con el premio de la final de Wembley al final del camino. En definitiva, el `Pep team¿ podría dejar al borde del colapso un nuevo proyecto blanco que aún está en construcción. Pero todo esto son conjeturas, como las estadísticas sobre finales disputadas y ganadas. Lo importante es que Mestalla sea el escenario de una auténtica fiesta del fútbol, sin incidentes. A partir de ahí, que gane el mejor... porque puede ser un buen augurio para la 'gent blaugrana'.
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